El caso de las 400 chicas mexicanas muertas

30 Días de noche: Historias de chupasangres 
192 pàg. color  17€
Matt Fraction y Ben Templesmith
Norma Editorial
Puede que sorprenda a primera vista que, dentro de un blog orientado hablar de historietas en las que, de una manera u otra, destaque el tratamiento temáticas sociales nos dediquemos a reseñar una “historia de vampiros”. Evidentemente, estamos ante uno de esos casos en los que las cosas no son lo que parecen a primera vista.
Ciudad Juárez se ha terminado convirtiendo en una de las representaciones culturales del asesinato de mujeres. No es habitual que el cómic mainstream norteamericano dedique su atención a escenarios como este, y mucho menos en sus cabeceras de mayor repercusión. Por ello, resulta muy de agradecer comprobar como sus autores, Matt Fraction y Ben Templesmith, hacen todo un ejercicio para comprender y explicar lo que está pasando en ese lugar, a pesar de que lo que estén narrando sea una historia de carácter fantástico, protagonizada por vampiros. Es más, realizando un juego palabras (bastante pedestre, lo reconozco) podría decirse que ambos autores demuestran, por la vía los hechos, que las narraciones de género también pueden ser una herramienta útil para realizar acercamientos a temas de género.
 “Juárez o Lex Nova y el caso de las 400 chicas mexicanas muertas” es una historia publicada serializada en la cabecera “Historias de Chupasangres” de la serie 30 Días de Noche. Sus artífices, el guionista Matt Fraction y el creador gráfico de la serie, el dibujante Ben Templesmith, construyen un relato, a ratos enloquecido, en el que se dan la mano elementos fantásticos y de las historias de terror con otros procedentes del policiaco/negro, recubiertos todos ellos por un sentido del humor muy peculiar; lo que lo convierte en una obra bastante personal y atípica.
Fraction y Templesmith demuestran que el realizar un producto dentro de una franquicia de éxito dentro del cómic mainstream no imposibilita para nada el realizar un acercamiento respetuoso e inteligente a un tema tan complejo como el de los Feminicidos. Para ello, los autores utilizan el personaje principal, un detective vampiro y bastante desquiciado, que irá descubriendo, a la par que el lector, lo que está sucediendo con los asesinatos de mujeres en ese lugar. Un tipo que, dentro de la carcteristicas intrínsecas a su locura, lleva incorporada su propia “voz en of”, ya que formula en voz alta todos sus pensamientos.
La interacción de este detective con un cura que ha dejado de creer en Dios y con un empresario dueño de una maquiladora, nos van dando los elementos que nos permiten ir entendiendo la realidad de esa ciudad. “Convertimos a nuestras hijas en esclavas, convertimos a nuestras hijas en putas. Ahora las convertimos en ganado. Y Juárez es el matadero. Así pues, qué le den a Dios” explica el primero en una conversación con el detective; mientras el segundo no duda en jactarse de la impunidad que le permite su estatus: “He dirigido la maquiladora desde antes de que nacieras. Y he matado putas casi más tiempo. No les damos nada y ellos no tienen nada. Si se acercan, o los compramos o los matamos. ¿A quién le importa? ¿A quién le importan las putas de Juárez? Les damos vidas. Les damos trabajos. Y les damos la muerte.”
Los autores demuestran además un tratamiento de la violencia explicita que se percibe como deliberadamente cuidadoso. No asistimos a una exposición explicita de esa violencia contra las mujeres, lo que se visualiza son los efectos de ésta y, aún en las ocasiones en los que se muestra, por ejemplo, el cadáver de una chica a la que le han amputado los pechos antes de matarla, el peculiar e inclasificable estilo gráfico de Ben Templesmith permite huir del exhibicionismo o el morbo.
Desconozco si el principal interés de Fraction y Templesmith consistía en realizar una obra qué explique algo de lo que está pasando en Ciudad Juárez, o si tan solo buscaban realizar un trabajo bien elaborado e interesante para el lector; (esto último, algo que consiguen sobradamente). Tampoco importa demasiado, simplemente porque el haber sido capaces de ubicar una historia de esas características en un escenario tan complejo, y realizando a la par un ejercicio para comprenderlo, no hace sino aumentar la valía de su labor.
Norman Fernández
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