Historietas e historietistas feministas en la transición

El valor de un NO
El nº 12, de febrero de 1976, de la primera etapa de la revista Butifarra se dedicó a la problemática social de la mujer bajo el significativo titulo de lamujer en casa con la pata quebrada. Aún cuando Nuria Pompeia ya había abierto brecha feminista con La educación de Palmira( guión de Vázquez Montalbán, Revista Triunfo, 1970) y Mujercitas(1975), éste es el primer número de una revista de humor gráfico, y de historieta, planteado monográficamente desde esa perspectiva. En él aparece la firma de  Montse Clavè, miembro del equipo Butifarra! desde el inicio y que en el número 3 había dibujado con guión del l’Avi la Prote una dura y hermosa historieta sobre un reformatorio de menores. Su historieta, titulada Las hijas bien educadas. Guía práctica para el uso de las hijas en familia, ridiculiza en tono de humor crítico que las reaccionarias y machistas normas de urbanidad que pervivían desde 1908 y finaliza con la huida liberadora de la protagonista el día de su boda. Este última viñeta es muy simbólica y rima con el No con el que la Palmira, de Pompeia y Vázquez Montalbán, cierra tanto su relato como las puertas al matrimonio, como obligada salida vital para la mujer. Rechazo que nos dice mucho sobre la situación de la mujer en nuestra sociedad de entonces, así como de la existencia de un movimiento feminista, que también empieza a manifestarse en la historieta.
Cambio de perspectiva
No deja de ser lógico que estas incipientes muestras de historieta feminista aparezcan en dos publicaciones: Triunfo y Butifarra! que se adscribían de una forma no partidista al ámbito de la izquierda y que no sobrevivieron a la evolución de la transición. Precisamente como forma de responder a esa evolución, y a las insuficientes ventas de la revista en su segunda etapa, el equipo Butifarra inició una etapa de tres álbumes (antológicos) sobre temas sociales. El primero de ellos fue La Familia (bien, ¿y usted? ) título muy indicativo que ocupó el nº 17 de la colección Papel Vivo de Ediciones de la Torre. En él aparece Je t’aime, moi aussi (1), gran historieta de dos páginas de Marika ( Mari Carmen Vila) que utiliza la estética romántica, imperante en sus anteriores trabajos de agencia, para darle la vuelta al tópico argumento amoroso. En su voluntad de enfrentarse, tan tenaz como infructuosamente, a la Historia; los de Butifarra! volvieron a sacar una revista: Cul de sac que aportó un buen puñado de imágenes e historietas inolvidables. Una de ellas fue Una página propia, serie que llevaba la marca de cálido grafismo y de punzante ironía que distinguiría a buena parte de los trabajos de Montse Clavé, y que tiene el mérito de ser, entre nosotros, la primera de humor costumbrista realizada desde el punto de vista femenino y feminista. Curiosamente esta línea creativa tendrá continuidad en dos publicaciones tan alejadas del mundo del cómic como Hogar y Moda y Dunia.
Violencia de género en Troya
Volvamos a la Transición y a los intentos de hacer una historieta adulta, madura y crítica y que al tiempo sea popular y comercial, objetivo que El Colectivo de la Historieta,  formado por veinticuatro  críticos  y estudiosos,  guionistas, escritores, y dibujantes, intentó conseguir con la edición, desde mayo de 1977, de la revista llamada primero Trocha, luego Troya. Fue una publicación que aunque fracasó en el terreno comercial, sólo aguantó siete números, ofreció relatos gráficos adultos, críticos y de calidad, con la participación femenina y feminista de Armonía Rodríguez, Mariel y las ya mencionadas  Marika y Montse Clavé, que por entonces dibujaba, con guiones de Mari Chordá, Las Entrañablesas para la revista Mundo. Son historietas cuya lectura nos permite no sólo situar las reivindicaciones del movimiento feminista en el aquel entonces, sino la evolución o permanencia de los mismos. En todo caso se trata de propuestas ricas en planteamientos narrativos y estéticos diversos, la mayoría innovadores y muy eficaces.
Montse Clavé publica en el nº1 Doble jornada, historieta al estilo de Una página propia, en la que con lúcida ironía desmonta el discurso de cierta progresía sobre la solidaridad que no practica en las tareas de la casa.  Ahora bien serán Perfidia y Jenny de Westfalia: Homenaje a tantas otras, que aparecen en el nº3-4, sus aportaciones más diferenciadas. La primera, que se desarrolla sobre una estructura de página abierta y sin viñetas enmarcadas, contrapone el relato de la mujer infiel del bolero que da título a la narración, con diferentes imágenes de la realidad social de la mujer. Mientras que en la segunda recrea, al estilo del mexicano Rius, aspectos biográficos de la mujer de Marx para reivindicar su figura oscurecida, como tantas otras, por la de su compañero. Marika, que trabaja con guiones de Felipe Hernández Cava, evoluciona a una estilo expresionista, con una impactante deformación caricaturesca sobre una base realista y el uso agresivo de los enfoques especialmente en Como…( nº1) y en una historieta sin título (nº5) en las que describe relación de dominio hombre-mujer y denuncia de la manipulación oportunista por parte de ciertas vanguardias de la reivindicación feminista, respectivamente. En Y en la noche una mujerY en el día una mujer (7) (guión también de Hernández Cava) Marika recupera un estilo más realista, como si quisiera conservar la referencia al código gráfico romántico, para denunciar la violencia sexual fuera y dentro del matrimonio. Sobre la violencia sexual cotidiana trata también La puerta(nº8) intenso, muy bien elaborado y realizado relato de Andreu Martín ( guión) y Mariel. Sobre el mismo tema, pero en un contexto medieval, trata Las florecillas de San Cosme (nº3-4) que Adolfo Usero dibujó sobre guión de Armonía Rodríguez, autora  a salvar de la doble condena de olvido que le ha caído encima por ser mujer y por ser guionista.  
 (1) Juego de palabras con el título de la canción de Serge Gainsbourg Je t’aime, moi non plus,  interpretada a dúo con Jane Birkin