Reseña: Derecho de suelo

Derecho de suelo

Charles Masson

Diábolo ediciones

Septiembre 2010

 

 


Derecho de suelo es la traducción de Ius soli, expresión latina que en uso jurídico define la nacionalidad de una persona por el lugar en el que nace. Se contrapone a Ius Sanguinis, derecho de sangre, en la que la persona hereda la nacionalidad de sus progenitores. Los estados suelen regular le preferencia de un modelo sobre otro. En la obra de Charles Masson la expresión viene al caso por la temática de la misma, directamente relacionada con las políticas de inmigración del gobierno francés. Para ello nos sitúa en la isla de Mayotte, en pleno archipiélago de Las Comoras, al norte del Canal de Mozambique: un pedazo de territorio francés en plena África.
En Derecho de suelo (Diábolo ediciones) Masson construye una narración de 440 páginas cuyo embrión esta en su viaje a Mayotte, donde conoció la historia que narran las cuatro últimas páginas del libro, y la indignación que le provocó generó la obra como fruto; como él mismo explica en la introducción: Ahora que el libro esta acabado, me gustaría que tú, Lector, cuando termines de leerlo, estés indignado y te levantes. Te entrego mi cólera. Me gustaría que no fuese un libro que se guarda en la estantería, pásalo.
Derecho de suelo  es una obra coral, con cuatro personajes, franceses europeos, que entrelazan sus destinos entre ellos, y con los habitantes de la isla. Habitantes tanto legales, como ilegales, ya que un pedazo de Europa en plena África funciona como un imán para las pateras. Lo que subyace detrás de todas las peripecias que narra la obra no es otra cosa que una lúcida reflexión sobre la política de inmigración de Francia, y, por extensión de Europa, haciendo hincapié en la lamentable evolución de dichas políticas en los últimos tiempos. 
La obra esta enriquecida además por una cualidad propia de Masson como autor: la empatía; que le lleva a intentar comprender a todos sus personajes, mostrando además las diferencias a la hora de encarar la vida misma entre los habitantes del primer mundo y del tercero. Una comparación en la que no necesariamente los que más tienen, son más felices (aunque como canta Silvio “pero el que nace bien parado, en procurarse lo que anhela, no tiene que invertir salud.”). En la historieta actual no abundan las obras de las que se pueda decir que son tan brillantes, como necesarias. A esa categoría pertenecerían tanto Derecho de suelo, como otra de las obras de Charles Masson, Sopa Fría. Así que hagan caso al autor, búsquenlas, léanlas y después, pásenlas.
Norman Fernandez
Nota: Charles Masson es otorrinolaringólogo, alternando dicha actividad con el cómic, en donde suele abordar temáticas con una fuerte componente social. Su proyección a nivel internacional llega en 2008 con una obra inesperada y sobresaliente: Sopa Fría, la historia de un indigente, enfermo de un cáncer de garganta terminal, que abandona la casa de acogida en la que se encuentra internado cuando le sirven frío el plato de sopa de la cena. Además de Derecho de Suelo (2009), ha publicado Obsesión (2011, con guión de Chloé von Arx) y La última mujer (2012), más centradas en la exploración de las relaciones sentimentales.