Sobre el projecte de reial decret de les avaluacions finals d’etapa en la LOMCE

FERNANDO TRUJILLO, professor de la Universitat de Granada.

Empezaré declarando algo: creo que las evaluaciones externas de centros educativos son valiosas para nuestros estudiantes, para sus familias, para el profesorado y, en general, para el sistema educativo siempre que no sean punitivas y mantengan la confidencialidad de los centros y los estudiantes y sus familias. Narraré una anécdota, y no fríos datos de investigación, para justificarme: en Andalucía la AGAEVE decidió, con la implantación de la LOMCE, no realizar la evaluación de diagnóstico para no generar un “exceso de evaluaciones”. Sin embargo, he estado en muchos centros (¡puedo dar nombres si no me crees!) que consideran que esto fue un error. ¿Por qué? Porque los datos de las evaluaciones de diagnóstico estaban siendo utilizados por los centros para diseñar planes de mejora realistas y eficaces y su tratamiento por parte de la administración andaluza no ha sido “agresivo” ni contra los centros sino a favor de la reflexión y la colaboración. Es decir, me gustan las evaluaciones externas (a pesar de sus muchos errores aun) porque hay muchos centros que han aprendido a leer los datos y a usarlos para mejorar. Simplemente.
Así pues, si alguien creía que estoy en contra de las evaluaciones externas, está equivocado.
Eso sí, me gusta que estén bien hechas, como todo en la vida. Por eso no me gusta el proyecto de real decreto por el que se regulan las características generales de las pruebas de la evaluación final de Educación Primaria, y las características de las pruebas de las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato que en breve, supongo, aprobará el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Este proyecto de real decreto es, en mi humilde opinión, un absoluto despropósito.
Si quieres saber a qué responde esta valoración tan negativa, en la siguiente presentación ofrezco mi interpretación del proyecto. Por resumir algunas ideas, el proyecto confunde y mezcla evaluación de constructo (competencias) y evaluación de currículo, como también confunde y mezcla evaluación del sistema (al estilo OCDE) con evaluaciones en los planos meso (centro) y micro (estudiantes); por otro lado, tiene problemas graves de validez desde su propia concepción (echa un vistazo a la presentación y lo entenderás) y relaciona las ya famosas 350 preguntas de elección múltiple con los muchos centenares de estándares de aprendizaje en una relación diabólica que hará que la evaluación sea inútil para mejorar el sistema pero muy eficaz para procurar la infelicidad y el embrutecimiento de nuestros estudiantes por la vía del entrenamiento para la prueba.
Sin más, con todos vosotros proyecto de real decreto por el que se regulan las características generales de las pruebas de la evaluación final de Educación Primaria, y las características de las pruebas de las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato de la LOMCE. Te animo a que lo leas y a que crees tu propia opinión; por mi parte te ofrezco algunas cuestiones, preguntas sobre todo, por si quieres conocer qué me parece a mí.
Eso sí, cuando lo hayas leído y tengas tu propia opinión, no guardes silencio. Podemos estar no solo ante una de las normativas más importantes para nuestro sistema educativo sino ante el atentado más importante contra la escuela y nuestra juventud que hemos visto en mucho tiempo. Si te preocupa, muévete: escribe, habla, comenta, reacciona. No es solo tu trabajo o son solo tus hijos: es cómo acabaremos entendiendo el futuro y si este estará sometido (o no) a 350 preguntas de elección múltiple corregidas por una máquina.