La reforma deja abierta la pelea de las enseñanzas artísticas superiores

Professora

El País, 13 de gener de 2013

Las enseñanzas artíticas superiores (Música, Danza, Restauración y
Diseño y Arte Dramático) llevan dos décadas enfrascadas en una
interminable discusión (interna y con las universidades) en torno a si
deben tener un espacio propio (al mismo nivel aunque al margen de los
campus), o si deberían integrarse en estos. Una batalla que afecta en
toda España a más de 16.000 alumnos y que la reforma que impulsa el Ministerio de Educación no parece que vaya a resolver.

Por un lado, el texto dice que esos estudios artísiticos tendrán la
denominación de “título Superior”, después de que hace unos meses el Tribunal Supremo prohibiera que se llamaran grados,
como los de las universidades. Sin embargo, el tribunal no puso en duda
que unos y otros estuvieran al mismo nivel dentro de la educación
superior, algo a lo que se oposieron en su día los decanos de las
Facultades de Bellas Artes.

Además, el texto de la reforma
escolar vuelve a dejar abierta la puerta a que los centros de
artísticas superiores se adscriban a las universidades: “Los centros de
enseñanzas artísticas superiores se podrán adscribir mediante convenio a
las universidades según lo indicado en el artículo 11 de la Ley
Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades”.

Desde la plataforma para la integración de estas enseñanzas en los
campus consideran ese punto un éxito. “Gracias a nuestra presión, las
reuniones tenidas en el ministerio y la cooperación de muchas personas,
hemos conseguido ese artículo”, dice Fernando Carrera, de la plataforma y
director de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de
Bienes Culturales de Galicia. “Se abre un camino doble: algunos centros
podrán integrarse y otros se mantendrán fuera de la Universidad. Ahora
serán los consejeros de las comunidades autónomas los que tendrán la
oportunidad de hacer valer o no esa posibilidad. En Galicia y Andalucía
estamos bien organizados y pelearemos por conseguirlo, confiando en que
poco a poco se vayan sumando los demás. Nuestra intención es que los que
se matricularon como graduados puedan obtener ese título al finalizar
el curso 2013-14”, añade.

No todo el mundo lo tiene tan claro, sin embargo, ni celebra esa
decisión. El profesor, miembro del Consejo Superior de Enseñanzas
Artísticas y de STES Óscar Urralburu afirma: “Con la reforma, las
Enseñanzas Artísticas en lo importante están peor que antes [en su
presencia en primaria, secundaria y FP] y en lo no tan importante, pero
sin duda de alto interés social, como la denominación de los grados y la
posible integración en la universidad de la superior no solo no se
avanza en nada, sino que por el contrario se le da carpetazo definitivo a
la posibilidad de que cualquier partido que pueda gobernar este país
ofrezca una respuesta que satisfaga al sector. No puede ser muy
optimista la valoración”, señala.

El foco de la discusión se ha centrado durante años entre las
escuelas de Arte y Diseño y las facultades de Bellas Artes, que son las
que comparten más espacios de enseñanza. Los ámbitos de música, la danza
y el arte dramático han estado tradiconalmente más alejados de la
oferta de las universidades, algo que, sin embargo, ha cambiado en los
últimos años, con la adaptación al espacio europeo; esta da mucha más
libertad a las facultades para crear titulaciones nuevas en los ámbitos
que consideren oportuno.

En un artículo publicado en este diario
hace poco menos de un año, un numeros grupo de decanos de Bellas,
aparte de recordar que estas escuelas saltaron al ámbito universitarios
en 1978, se quejan de las exigencias de espacios, oferta educativa y
formación del profesorado que no tienen los centros de artíosticas
superiores, por lo que no les parece justa la equiparación. Por su
parte, los argumentos contrarios los expuso en otro artículo Juan Ángel Serrano,
presidente de la Asociación Española de Centros Superiores de
Enseñanzas Artísticas: “Entendemos que el espacio de la enseñanza de las
artes debe ser superior pero autónomo de la Universidad, en un
ecosistema propio que garantice las condiciones imprescindibles para la
vida y el desarrollo de las artes, lo que comporta unas pruebas de
acceso específicas donde se valoren no solo los conocimientos sino
también las aptitudes, unas ratios profesor/alumno tan reducidas como
exigen algunas materias, etcétera”.